lunes, 17 de mayo de 2021

Las plagas siempre han necesitado muchas Vicentas, y muchos papás como el de Binta


Pere Joan Ventura nos presenta en La vida efímera una imagen de África, que lejos de parecerme exótica, me hizo recordar demasiadas cosas de mi infancia, de nuestra infancia.

Mi abuela también se llamaba Vicenta; también fue una aldeana en una Galicia sin luz, ni agua corriente y mucha hambre; también se quedó huérfana y con apenas 13 años la "colocaron" en una casa. Y siempre vivimos rodeados de nuestros muertos: de nuestras niñas y niños, adultas, adultos y mayores que se llevaron las enfermedades y la malnutrición, a nuestro pesar, y por eso quedaron entre nosotros. De pequeña recuerdo como se pedía sangre, porque no había bancos de sangre, y a mi padre siempre generoso; recuerdo también el esfuerzo económico para pagar el pediatra u otro especialista... y las deudas que originaba un familiar enfermo. Y de repente, África y Galicia se fundieron como una única realidad. 

El derecho a la salud, a la educación, a la infancia son más que leyes y acuerdos, más que la expresión de una voluntad colectiva; si no se respetan se convierten en injusticias. Necesitan del compromiso de todas las personas para ser posibles. La vida efímera habla de la injusticia sin rencor ni exhibicionismo, sin sentimentalismo, pero con crudeza.

Su realidad no me es extraña y me hace pensar en que, en apenas unas decenas de años, nos hemos convertido en una sociedad más democrática, con derechos que conocemos y defendemos, con servicios que reclamamos y no queremos perder: resulta fácil que nuestro alumnado pueda empatizar, entender que es posible cambiar esta realidad y que pueden ser parte de este cambio, porque además son conscientes de los conflictos y conocen distintas visiones –que conviven– sobre lo público y lo común. El derecho de estas niñas y niños a una vida digna interpela a nuestro alumnado a reaccionar contra las injusticias de un modo resolutivo y cooperador.

La vida efímera también nos habla de la solidaridad de Vicenta y de muchos otros sanitarios cubanos que participan en el proceso de cambio, para que la gente viva dignamente y con salud. Expone también como es posible el cambio, entretejiendo medidas con esperanza. Permite que nuestro alumnado pueda pensar en escenarios de futuro.

Y nos habla con voz de mujer. De las madres cuidadoras y de su red de cuidados; de las vecinas solidarias; de las mujeres que esperan a la puerta del hospital con sus enfermos. Presenta a la mujer africana como motor de cambio, quizás la alternativa más realista.

Por último, este documental muestra el conflicto de intereses entre la industria farmacéutica y el derecho a la salud. El COVID-19 es una oprotunidad para que nuestro alumnado pueda integrar en el análisis los cinco conpceptos básicos que vertebran los derechos de la infancia y ciudadanía global: interdependencia, conflictos y soluciones, imágenes y percepciones, justicia social y cambio y futuro.  #EducaDerechosMOOC

 

   

 

Binta y la gran idea es una hermosa historia de Javier Nesser, conmovedora. Tanto como las niñas y niños que desean ir a la escuela, que desean aprender y ser parte del cambio. Nos habla con candidez del conflicto entre el progreso y la tradición mal entendida, de la interdependencia entre respetar el Planeta y la calidad de vida, de la imagen de la mujer sometida al deseo de su marido y la injusticia que se cierne sobre las niñas|mujeres, pero sobre todo habla de cambio, de futuro, de ilusión, de igualdad y de construir soluciones.

De repente no es el Norte Global quien da soluciones: es el Sur quien nos adopta y nos enseña. Al convertir en verdaderos protagonistas a las niñas y a los niños, nos muestra otras herramientas para enfrentarnos al futuro: la generosidad de enseñar y aprender, la alegría de estar vivos y compartirlo, los sueños que son el verdadero motor del mundo. Este historia evoca el #decrecimiento como estrategia de un futuro mejor para todas.



1 comentario:

  1. Muchas gracias por el tiempo que has dedicado a realizar la actividad y el visionado de los dos cortos.

    Realiza una reflexión muy profunda e interesante.

    Como has podido ver, ambos cortos reflejan posiciones diferentes sobre como mostrar problemáticas en el marco del desarrollo. “La vida efímera” presenta una posición realista, y como tal, dura y cruel de esa realidad. A nosotros nos inspira sentimientos de tristeza, ira, impotencia por la imposibilidad de hacer nada en ese momento para poder cambiar las cosas… “Binta y la gran idea” en cambio presenta una perspectiva más idealista, con matices de realidad que en nuestra opinión da el hecho de que los actores que han participado sean de la propia comunidad en la que se rodó el corto. Pero presenta una visión más suave e idealista. Genera en nosotros sentimientos más cercanos a la esperanza de cambio, positivos, alegres…

    El acercamiento a los alumnos con alguno de los recursos es muy diferente, y generaría en el alumnado un impacto distinto. Esa reflexión es interesante. Qué impactos puede tener en el alumnado la aproximación con un recurso más realista y crudo como “La vida efímera”, frente al acercamiento con “Binta y la gran idea” con una carga mucho mayor de positivismo e idealismo. ¿Qué impactos creéis que tendría uno y otro recurso? ¿alguno crees que te acercaría más a tu objetivo?

    En nuestra opinión, que Fesser utilice como actores miembros de la comunidad, le aporta un intento de alejarse un poco de ese idealismo y dotarle de un efecto realista, le permite dar un giro al corto que no hubiera tenido si se hubieran utilizado actores para el corto. Y ayuda a transmitir más y mejor todas esas lecciones que el director y su equipo recibió de los niños y ha querido transmitirnos en sus notas.

    ¡Muchas gracias por tus aportaciones!

    Un saludo,

    El equipo de dinamización #EducaDerechosMOOC

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